Cuentos infantiles "la pequeña gran gotita"

-La pequeña gran gotita- 

Hace muchísimo tiempo, una semana tal vez, la pequeña Galilea tuvo un sueño tan grande como su imaginación, soñó que era una pequeña, pura y libre gotita de agua, volando por el cielo, feliz junto a sus hermanitas,


Hasta que un día cayó desde las nubes, tan rápido que sin darse cuenta se encontraba en un charco enorme y café a las orillas de un arroyo; 

Al principio temblaba de miedo, pero después de un rato se dió cuenta que los terroncitos de lodo eran muy buenos y amables con las gotitas recién llegadas, tanto que muchas de sus hermanitas decidieron quedarse ahí, festejando con ellos. Pero la gotita Galilea quería llegar al cielo de nuevo, a volar libre otra vez; escuchó mientras estaba en el charco, que cerca de ahí pasaba un camino muy lleno de gotitas como ella, si lo seguia tal vez llegaria al cielo otra vez.

Entonces la pequeña se abrió camino por las raíces, entre las rocas y la tierra seca que devoraba a las gotitas de un bocado, muchas de ellas no lo lograron y fueron consumidas por el calor del sol de medio dia. 

Al llegar al afluente del arroyo se dió cuenta que había muchas como ella, y notó que la mayoría eran de color oscuro, como la noche cuando le dice al sol que es la hora de dormir, estaban contaminada con aceites, petróleo, gasolina, detergentes y otras cosas que no saben de donde vienen; vió que aquellas gotitas, tan tristes y enojadas por su situación buscaban ensuciar a sus hermanas también, ya que una vez así, nunca podrán volver a ser limpias.

La gotita Galilea al ver esto nadó lo mas rápido que pudo, hasta que se encontró con un enorme cocodrilo, con grandes y afilados dientes y unos ojos brillantes, -¿llevas prisa pequeña?- preguntó el gran reptil, -es que quiero llegar al cielo y ver a mis hermanas y volar libre de nuevo- respondió, - yo sé de un lugar donde el cielo se une con la tierra, no está lejos de aqui, si gustas puedo llevarte, ¡sube a mis escamas y sujetate fuerte!- se ofreció el cocodrilo con una sonrisa en su gran hocico, con mucha alegría, pero con un poco de desconfianza, la gotita aceptó.



 Durante su recorrido por el rio, el cocodrilo se presentó y le contó sobre unas criaturas extrañas, a las que llamaba "monos sin pelo",y lo que ellos le hacían a la naturaleza: quemaban y talaban los bosques, ensuciaban los ríos, tapizaban con piedra la tierra, llenaban los cielos con nubes negras que salían de monstruos con ruedas y además de todo eso, sus crías matan y lastiman a todo ser vivo que se topa con ellos en su camino. Tanto fué el miedo que este fortachón cocodrilo le tenía a los monos lampiños que logró hacer llorar a nuestra pequeña amiguita con sus cuentos de terror



-Pero no todos son malos- replicó el reptil,-hace unos años uno de ellos me atrapó con un pedazo de comida, aunque gracias a mi fuerza pude escapar.



 Pero se me quedó atorado algo en mi garganta, no podía comer y casi muero de hambre,



Gracias a un grupo de ellos, pero buenos, fuí salvado, primero me sacaron de mi laguna, al principio creí que me lastimarían, que me comerían o algo peor, pero derrepente me hicieron dormir con un piquete que me dieron y cuando desperté estaba en este río, un poco mareado pero sin la cosa que me impedía comer, me salvaron la vida.



Algunas veces los veo que vienen a limpiar lo que los demás ensucian y hasta me saludan- y así el gran cocodrilo le contó de personas malas y personas buenas, de cosas que nosotros, sin intención algunas veces hacemos perjudicando a la naturaleza. Después de un largo camino por el río, el gran amigo de la pequeña gotita le dijo: -¡mira! el cielo toca la tierra por ese puente de agua-. Así Galilea alzó la mirada y ¡adivinen lo que vió!, así es, el gran océano, inmenso y azul, tocando al cielo con sus aguas. Al observar tal belleza comenzó a saltar de emoción, se acercó a su amigo y le dijo:-muchas gracias por todo, bajaré de vez en cuando a visitarte-,-aquí te esperaré- contestó el cocodrilo mientras daba la vuelta para regresar por donde vino, dejando ver las cicatrices que cargaba en su espalda.

Y así, la gotita Galilea comenzó un viaje a través del océano, (pero esta parte la vamos a resumir para evitar réplicas de derecho de autor por cierta película de un pececito naranja) conoció ballenas, pulpos, almejas, cangrejos, algunos tiburones, mantarrayas y un pequeño pez payaso buscando a su hijo, arrecifes de coral tan grandes como ciudades, llenos de vida;


Se enamoró tanto de ese lugar que por un momento pensó en quedarse, pero después de tanto esfuerzo no se daría por vencida, así que salió a la parte mas alta, y con sus manitas extendidas, se agarró de otras gotitas que se transformaron en humo, llegando hasta las nubes mas altas del cielo, y ahí encontró a todas las hermanitas que bajaron junto a ella, jugando sobre los arcoiris, y fueron felices... 

Después, despertó, en su camita, y sonrió.


Dedicado a mi pequeña gran hija:
Erza Galilea Rivera Guzmán.

Con la colaboración de "Las chiquitubers!"

Biol. Luis Angel Rivera Martinez.

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Oleh

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